Vivimos en un planeta con abundantes recursos para mantener la vida. Aun así, la forma en que la humanidad ha creado y mantenido sus estándares de producción y consumo significa que hoy en día, utilizamos aproximadamente el 170% de la capacidad de la Tierra.
Tal comportamiento ha producido un calentamiento global nunca antes visto, trayendo consecuencias desastrosas desde un punto de vista ambiental y social.
La conectividad y el acceso a la información, también, han aumentado exponencialmente el conocimiento de la sociedad sobre la emergencia climática que estamos experimentando y la necesidad de cambio.
El cambio climático, los daños por contaminación, los abismos sociales y los desafíos de gobierno que alguna vez experimentaron las comunidades a nivel local ahora se comparten universalmente, lo que refuerza la comprensión de que podemos caminar por el camino de la humanidad hacia el éxito sostenible.
Mientras que los gobiernos y las empresas (grandes, medianas, pequeñas e individuales) siguen dando vueltas en la misma lógica de oferta y demanda, apuntando a un futuro exitoso en un planeta finito, un nuevo plan para repensar el uso de los recursos a través de una economía circular (medio ambiente), garantiza el valor para las personas (social). El gobierno positivo (gobierno) es cada vez más importante.
El desarrollo responsable y sostenible se basa en estos tres pilares: ambiental, social y de gobierno (ESG).
Varios eventos e hitos en el tema de la sostenibilidad, desde los Principios de Sullivan, con el boicot económico al apartheid en Sudáfrica en 1977; la creación de índices sostenibles y principios sostenibles (PRI), hasta la determinación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU y el Acuerdo de París, como bases para alcanzar el estado actual de ESG.
La red internacional de instituciones apoyadas por la ONU trabaja para implementar los principios ESG para los inversores y apoyar a los signatarios en la aplicación de estas cuestiones a sus decisiones de inversión y prácticas de adquisición.
La Asamblea General de las Naciones Unidas estableció objetivos globales para el desarrollo sostenible de los gobiernos, las empresas y la sociedad.
Los ODS abarcan cuestiones de desarrollo social y económico, como la pobreza, el hambre, la salud, la educación, el calentamiento global, la igualdad de género, el agua, el saneamiento, la energía, la urbanización, el medio ambiente y la justicia social.
El Acuerdo de París fue creado en 2015 y firmado por 196 países para limitar el calentamiento global a 1.5 ° C de la temperatura media mundial de la Revolución Preindustrial y promover inversiones para lograrlo.
Estos desarrollos han llevado a una consideración más significativa de ESG en la gestión de activos financieros, alcanzando un volumen global de $ 35.3 mil millones para 2020.
El Foro Económico Mundial, con su publicación anual de los riesgos más probables y de mayor impacto, ha confirmado recientemente la tendencia de dar mayor importancia a los ESG en el desarrollo económico y la sostenibilidad.
